El mercado financiero, hasta hace pocos siglos era considerado completamente aleatório, sin ningún tipo de predictibilidad, sin embargo, en los últimos 100 años se han desarrollado herramientas para encontrar aquello que se llama "tendencia", que es la dirección "correcta" que sigue el mercado, ya sea una tendencia de subida u otra descendente, ambas están caracterizadas, porque en medio de estas tendencias "bien definidas" encontramos oscilaciones muy grandes, a lo cual se le llamó volatilidad, es decir, una medida de cuan rápido cambiaban los valores.
Lo curioso es que la volatilidad es una variable que tiene cierta "persistencia", es decir, las oscilaciones fuertes son vecinas de oscilaciones fuertes, se forman unos agrupamientos bien pronunciados y diferenciados del resto de la serie de precios.
En la vida normal de cada día, ocurren a veces situaciones de "alta volatilidad", de repente tenemos subidas y bajadas bien fuertes, las crisis son semejantes a los amontonamientos de volatilidad, no viene una crisis aislada, viene un grupo amontonado, como si todo alrededor confabulase contra nosotros, y nosotros mismos confabulásemos también en contra.
En días de tormentas, lo único que podemos hacer es confiar, confiar ciegamente en Dios, cerrar los ojos y esperar, puesto que Él hará que se acalmen las tempestades, nosotros por supuesto somos débiles y llenos de cobardía para enfrentar las tempestades. Mas confiando en Él, tendremos la certeza de pasar sanos y salvos a través de ella.
Que estos días sean de paz y calma para tí, mas si estás atravesando por períodos turbulentos, y la volatilidad de la vida te alcanza, no dudes en confiar, pues Él está a tu lado.
Hasta siempre.
Moisés
