"Levantate cristiano, levantate y trabaja, no dejes que tu vida se pase en la inacción, el que en el ocio vive, a Su hacedor ultraja, no lleva sus deberes, ni cumple su misión..." son las letras de un himno del himnario adventista, recuerdo que era la forma predilecta de despertarnos, claro, él estaba muy conciente de que no conseguiriamos seguir durmiendo mientras el estaba cantando. Otra estratégia de costumbre, era abrir la puerta de los cuartos para que se filtrara el aire frio de la mañana, así no quedaría más remedio que despertar y levantarse.Ciertamente no eran las formas más sutiles de decirnos que ya era momento de comenzar nuestras actividades del día, claro, sin embargo eran formas inofensivas y diplomáticas de recordarnos que nos esperaba un día de actividades, y claro, que también deberíamos o que nos convenía más comenzar el día acompañados, sí, que deberíamos buscar la compañia de Dios, y se escuchaba al poco tiempo, aquella voz de barítono se elevaba todos los días para cantar (siempre cantó como bajo, pero en realidad era un buen barítono) y leer la Biblia.
La espiritualidad es un aspecto de nuestras vidas, que desarrollamos a pocos, y como dicen por ahí, hay cosas en esta vida que se enseñan mucho mejor solamente por el ejemplo, la comunión con Dios y la dependencia de Él, es una de ellas.
Como personas, es claro que pasamos por diversas crisis, mas siempre estuvo marcado que en los momentos de crisis especialmente, hubo un sentido de dependencia absoluta de Dios, a cada golpe de la vida, se iba profundizando más la dependencia continua de Dios, hasta que llegada la madurez de la vida, se tornó un ejemplo de fé y confianza, estoy hablando claro, de tí papito, en este momento seguramente recordarás las experiencias y pruebas que tuviste que pasar para lograr confianza absoluta en Dios.
En este momento de mi vida papito, puedo decirte con confianza que estoy siguiendo tu camino, estoy aprendiendo a confiar plenamente en Dios, a esperar de Él cosas extraordinarias, a creer que las cosas sucederán del mejor modo, a pensar que a pesar de todo lo que suceda, nunca me dejará solo y estaré seguro, GRACIAS PAPITO, pues esto lo aprendí de tí.
Recuerdo aún tu voz cantando de mañana, y muchas veces, al salir a trabajar, llevo en mente un himno, y al volver o andar solo canto, pensando que en ese momento tú también estás cantando, y sé que al orar, mencionarás a cada uno de tus hijos, nombre a nombre, recordarás los nombres de todos tus nietos y mencionarás una bendición para cada uno, siendo así, tengo la certeza de que cada día cuento con tu bendición, sé que estarás orando porque mis pasos sigan los pasos de Dios.
Papito querido, disfruta este día, recibe los saludos de cada hijo tuyo, y los agradecimientos por tan valioso legado, pues, ¿de que le servirá al hombre ganar el mundo si perdiera su alma?, así, nos diste la oportunidad de hacer la mejor elección, cumpliste tu misión y lo sigues haciendo. Tal vez papito, no has sido un padre perfecto, pero fuiste el mejor padre que podríamos tener, justamente tal como necesitamos que seas. TE QUIERO MUCHO PAPITO! Recibe un fuerte abrazo con mucho cariño. FELIZ DÍA PAPÁ!
Que Dios te bendiga muchísimo, hoy y cada día, continúa cantando a cada mañana, que en este lugar, estaré cantando junto contigo...
